Este óleo sobre lienzo, pintado en 1979, es una de las obras más emblemáticas del maestro Fernando Botero y está ubicada en la zona de migración del aeropuerto El Dorado de Bogotá. Con sus cinco metros de alto por cuatro de ancho, hace referencia a los ritmos diversos que caracterizan la cultura colombiana y se ha convertido en la mejor despedida para locales y extranjeros.

Con instrumentos en mano, este grupo de artistas parece estar a punto de llenar toda la escena y recordarle a los viajeros a qué suena Colombia. La obra, fiel al estilo del maestro Botero, se centra en la forma y el volumen para transmitir plenitud y vitalidad.

El tapiz fue tejido durante meses por artesanos de Atelliers Pinton en Francia y entregado en calidad de préstamo a OPAIN por parte de la aerolínea Viva Colombia y Smurfit Kappa en octubre de 2017. A la fecha, permanece exhibido en el principal aeropuerto del país recordando a uno de los más grandes artistas colombianos y su invaluable legado.

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