“…se estima que 84 millones de niños y jóvenes no asistirán a la escuela de aquí a 2030 y aproximadamente 300 millones de estudiantes carecerán de las habilidades básicas de aritmética y alfabetización necesarias para tener éxito en la vida” – ONU.

Colombia enfrenta retos importantes que limitan el acceso de la población más vulnerable a una educación de calidad. Aunque se han hecho esfuerzos para aumentar su cobertura, ésta sigue siendo desigual y con marcadas diferencias entre regiones.

Según el informe de análisis estadístico LEE realizado por la Universidad Pontificia Bolivariana, en las zonas rurales el 96.9% de los estudiantes asisten a instituciones públicas, mientras que en las urbanas es del 79.9%. Además, los estudiantes rurales enfrentan mayores barreras como la distancia, pues un 61,5% de ellos, llega caminando a la escuela.

El Objetivo de Desarrollo Sostenible número cuatro busca “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”. Sin embargo, esta meta parece difícil de alcanzar debido a factores como la deserción escolar. Reportes del Ministerio de Educación indican que, entre noviembre de 2022 y mayo de 2023, 473.786 estudiantes abandonaron el sistema educativo.                                 Departamentos como Putumayo, Arauca, Guainía; y ciudades como Bogotá y Medellín, son las más afectadas.

Los efectos del COVID -19 también ampliaron las brechas educativas afectando sobre todo a los estudiantes de bajos recursos. Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) el cierre de escuelas durante la pandemia provocó una pérdida de aprendizajes equivalente a 1.5 años de escolaridad en las regiones más vulnerables. Además, el 45% de los estudiantes rurales no contaba con acceso a internet en sus hogares, lo que limitó su participación en clases remotas.

Según UNICEF, los programas de recuperación educativa y apoyo psicoemocional pueden reducir la pérdida de aprendizajes y contribuir a que la educación siga siendo una herramienta transformadora para el futuro de los niños y jóvenes más afectados.

Nuestro compromiso con la educación

En One Inversión Social estamos alineamos con el ODS #4 impulsando iniciativas que buscan reducir las brechas en la educación en Colombia. Buscamos no solo ofrecer conocimientos académicos, sino también herramientas para el desarrollo personal y profesional que faciliten la inserción laboral y el crecimiento individual.

Con la implementación de programas que responden a las necesidades educativas de diferentes poblaciones, desde jóvenes hasta adultos mayores, aseguramos oportunidades de aprendizaje continuo y la calidad que las comunidades en situación de vulnerabilidad requieren.

Válida Ya: En alianza con Without Borders Corp y La Fundación Valórate brindamos a mujeres pospenadas la posibilidad de completar su educación básica y media. Una segunda oportunidad para promover su reintegración social y e independencia económica.

Valora tu Libertad: de la mano de La Fundación Valórate apoyamos la primera casa de pospenadas para generar ingresos para mujeres en libertad condicional o pena cumplida. 

Nos enfocamos en la formación del ser y el hacer de las madres que recuperan su libertad para que aumenten la posibilidad de contratación formal y encuentren mejores oportunidades de generación de ingresos.

OneForest: con la Escuela Móvil de Barismo beneficiamos a jóvenes en situación de vulnerabilidad en Medellín y su área metropolitana. A través de un “tuc tuc” llevamos la educación hasta sus viviendas, eliminando barreras de movilidad y costos adicionales.

A partir de los 17 años los jóvenes reciben formación especializada en barismo, lo que les proporciona oportunidades laborales y fomenta su autonomía.

Centro de aprendizaje: junto a La Fundación Granitos de Paz ofrecemos una atención integral a niños, jóvenes y adultos de comunidades vulnerables en Cartagena. Con el Modelo de Recuperación Integral y estrategias de acompañamiento psicosocial, hemos fortalecido la calidad educativa y creado un entorno seguro para el desarrollo académico y personal.

Más de 90 niños y adolescentes cuentan con refuerzo académico y alrededor de 375 participan en el programa de Escuelas Deportivas y Culturales.

Brindamos apoyo a 482 niños entre las modalidades institucional y familiar, incluyendo madres gestantes y lactantes, contribuyendo así al desarrollo integral desde la primera infancia.

Estamos convencidos de que la educación es el motor para el desarrollo sostenible y la transformación social promoviendo el aprendizaje, la autonomía y el bienestar general. Trabajamos para ofrecer oportunidades a quienes más lo necesitan, rompiendo barreras, construyendo bases sólidas para el progreso de nuestra sociedad y creando caminos hacia un futuro mejor.